La filosofía del justo medio

¿Cuál es la manera correcta de vivir? Sabemos que la vida humana en la Tierra es finita, por lo tanto, ¿cómo aprovechar de la mejor manera el tiempo del que disponemos? Este tipo de cuestiones son tratadas por Aristóteles en su tratado principal de filosofía moral, Ética a Nicómaco, donde hace una revisión profunda de las acciones humanas y su importancia para la realización personal.

En primer lugar, Aristóteles señala que todo ser humano busca activamente la felicidad y se pregunta cuál es la mejor manera de permanecer en ese estado y desarrollarnos en plenitud. Para ello, el pensador se inspira en las ideas de su maestro Platón y concuerda con él en que el justo medio es la base para el buen actuar y así poder alcanzar la virtud.

Podemos definir el justo medio como la intensidad moderada en el ánimo que motiva la acción entre dos extremos. Por ejemplo, la valentía es el justo medio en cuanto a la actitud que un individuo tiene respecto de la adversidad; a su vez, el extremo inferior es la cobardía, mientras que el extremo superior la temeridad. Cabe mencionar que Aristóteles establece que, dependiendo de la acción, existe un extremo que es más semejante al justo medio. En el caso de la valentía, el extremo superior es más cercano a la virtud que el extremo inferior. Aunque, no por ser semejante, lo temerario suple al justo medio.

Podemos definir el justo medio como la intensidad moderada en el ánimo que motiva la acción entre dos extremos

Por otra parte, en lo que se refiere a la capacidad económica de los individuos, Aristóteles defiende la clase media por sobre la clase baja o alta. Esto, pues los pobres tienen dificultad para costear sus gastos elementales, por lo que conseguir la felicidad en estado de pobreza es sumamente difícil. A su vez, las personas muy ricas tienden a nublar su juicio por la ambición desmedida y el amor al dinero, por lo cual, aunque tengan de sobra, no llegan a ser felices, puesto que siempre se puede llegar a tener más y se vuelven esclavos de la riqueza. En cambio, la justa medianía permite tener solvencia económica para solventarse los gastos elementales, así como para tener tiempo para la razón y la reflexión sin necesidad de caer en extremos de miedo por sobrevivir o miedo por no tener cada vez más. Por supuesto, Aristóteles señala que, si bien la clase media es el justo medio, si esta condición no existe es preferible ser rico a ser pobre, pues en riqueza es más fácil realizar acciones notables y disponer de tranquilidad de espíritu para el pensamiento profundo. Por ejemplo, la magnanimidad y la generosidad son acciones loables que se le facilitan más al rico que al pobre y que pueden llegar a ser benéficas para más personas. No obstante, el pensador es claro en mencionar que filosofar es una acción accesible para todo individuo independientemente de su condición económica.

Para Aristóteles, todas las acciones humanas deberán de realizarse tomando en cuenta el justo medio, pues ahí se encuentra la sabiduría práctica. En el día a día, las personas toman decisiones que frecuentemente caen en los extremos altos o bajos, alejados del justo medio y, en consecuencia, de la sabiduría. Sobre esta realidad, el pensador manifestó que había muchas maneras de actuar mal y una sola manera de actuar bien, de esta forma demostró que la sabiduría es el más escaso de los bienes y, por lo tanto, el más valioso.

El cúmulo de acciones realizadas y encaminadas al justo medio constituyen un comportamiento y una forma de vida. A esta repetición constante de acciones justas se le conoce como buen vivir. Y, tomando el buen vivir como forma de vida, dará como resultado la felicidad. Un estado de plenitud mental, física y emocional. En definitiva, una vida forjada en la razón y el desarrollo de las virtudes mediante la elección de los justos medios y la práctica del pensamiento racional.

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