En silencio, y casi sin dar pistas previas, el canciller Gerardo Werthein continúa con su operativo de “reorganización” de la Cancillería. En el contexto de cambios de nombres y estilos en varias de las principales embajadas argentinas en el exterior, el Palacio San Martín dispuso hoy, por vía de decreto, el cese de funciones del diplomático de carrera Martín García Moritán como embajador en Uruguay, cargo al que había llegado durante la gestión de Diana Mondino.

Muy cerca del canciller dijeron a este diario que el traslado del experimentado García Moritán se debía a cuestiones de edad. “Lo mismo que cualquier persona que llega a su edad jubilatoria. Llegó y se jubila, como va a pasar en todos los casos”, explicaron desde el Palacio San Martín, dónde Werthein diseña sus próximos pasos junto a un reducido grupo de colaboradores. Dieron como antecedentes los traslados publicados anteayer en el Boletín Oficial del embajador en Bélgica, Juan Carlos Valle Raleigh, y en Sudáfrica, Claudio Pérez Paladino, ambos de la misma camada de García Moritán.

De origen y simpatía radicales, García Moritán había llegado a la sede diplomática de la mano de Federico Barttfeld, exjefe de gabinete, hoy embajador en Portugal y uno de los diplomáticos de carrera en los que la economista Mondino confió en el inicio de su controvertida gestión.

“Trasládase desde la Embajada de la República en la república Oriental del Uruguay y al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto al señor Embajador Extraordinario y Plenipotenciario Martín García Moritán”, afirma el decreto firmado por el presidente Javier Milei y el canciller, donde se esgrimen “razones de servicio” para el desplazamiento del diplomático.

En la Cancillería incluyen este cambio -aún no se conoce su reemplazo, aunque estaría definido su nombre- en la puntillosa “limpieza” de funcionarios ligados a su antecesora que Werthein desarrolla desde su llegada. De vínculo aceitado con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y la venia del Presidente, con quien también conversa seguido, el canciller dispuso la salida de distintos secretarios como Marcelo Cima y Ernesto Gáspari, y los subsecretarios Mariano Vergara y Marcia Levaggi, quedando en pie solo su vicecanciller, Eduardo Bustamante, y la secretaria de Malvinas, Paola di Chiaro.

Bustamante era precisamente cónsul general en Montevideo hasta el 17 de octubre, cuando reemplazó a Leopoldo Sahores en la secretaría de Relaciones Exteriores, un cargo comúnmente identificado como de vicecanciller. El jefe de gabinete, Ricardo Lachterman; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler, y el representante ante la ONU, Francisco Tropepi, conforman hoy la mesa chica de la diplomacia nacional que acompaña al canciller.

Mientras el ministro Luis Albero quedará a cargo momentáneamente de la sede diplomática en Montevideo, y gana importante espacio Alain Beraud, actual representante argentino ante el Mercosur y la Aladi, con sede en la capital uruguaya, el Gobierno debe aún definir otros reemplazos importantes, como el de Roberto Bosch como embajador en España, aún pendiente luego de la efímera candidatura de Alejandro Alonso Saiz para ese puesto. La idea de embajadores “activos” que se concentren en “vender a la Argentina en el mundo” primó en la designación, a mediados de noviembre y como sucesor de Werthein en Washington, del emprendedor Alec Oxenford. También gana terreno la idea del canciller de fusionar representaciones en un mismo país para ahorrar fondos, una movida que podría aplicarse en Uruguay.

Los desafíos para el sucesor

El próximo embajador en Uruguay tendrá un panorama agitado. El 1° de marzo, Yamanú Orsi asumirá como presidente del país vecino, a la cabeza de una coalición de centroizquierda a priori con pocos puntos en común con la gestión libertaria. El Presidente, de vínculo apenas protocolar con el presidente saliente, Luis Lacalle Pou, pretende impulsar este año un cambio de paradigma en el seno del Mercosur, donde defenderá la postura argentina de negociar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Una postura a la que se opone el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cercano ideológicamente a Orsi y al Frente Amplio uruguayo.

Werthein, que el jueves pasado llegó a la Casa Rosada para hablar de “temas generales” con el asesor presidencial Santiago Caputo, ya está en Washington y será parte de la comitiva presidencial que el viernes partirá rumbo a Estados Unidos. La asunción de Donald Trump, el lunes próximo, y la cumbre de Davos, a la que el Presidente llegará directamente desde Washington en el avión Arg01, son las dos principales citas del Presidente en la gira, con regreso programado al país para el próximo sábado 25.