Tamara Tenenbaum gana el I premio Paidós con 'Un millón de cuartos propios'
El sello Paidós que Jaime Bernstein y Enrique Butelman inauguraron en 1945 con 'Conflictos del alma infantil' de Jung celebra ochenta años cumpliendo el lema de «buscar grandes ideas allí donde estén» con el I premio Paidós de Ensayo. El jurado formado por Adela Cortina , Gabriel Rolón, Adolfo García Ortega, Gonzalo Celorio y Elisabet Navarro ha otrogado el galardón, dotado con 35.000 euros a 'Un millón de cuartos propios' de Tamara Tenenbaum. Subtitulada «ensayo para un tiempo ajeno», la obra ganadora parte de la traducción que Tenenbaum realizó de 'Un cuarto propio' de Virginia Woolf . «Cuando se convocó el premio no tenía nada, salvo el cuaderno de producción que escribí mientras traducía a Virginia», explica la periodista y filósofa bonaerense. Como apunta uno de los jurados, Gabriel Rolón, Tenenbaum «dialoga constantemente con el texto de Virginia Woolf, no se limita a repetirlo, sino que lo discute y lo cuestiona, lo transforma y lo adapta». La autora, que participa de la perplejidad transicional de su generación –nacida en 1989– resitúa a Virginia –ella la cita con el nombre de pila– en la era de Internet. «La primera vez que leí su libro en la adolescencia me quedé en lo superficial y no me gustó nada. Al volver sobre Virginia en la traducción he descubierto muchas cosas que había pasado desapercibidas». Releer a Virginia Woolf abrió a Tenenbaum un camino inexplorado, una experiencia que juzga «más humilde que el de escribir un libro desde cero, que se apoyara solo en mis ideas y lecturas». La autoridad de la primera persona, la precariedad laboral y la importancia del dinero, la comida, el resentimiento como respuesta política, la nostalgia y la tradición son los pilares de este viaje en el tiempo de la Woolf. La escritora feminista denunció en 'Un cuarto propio' la masculinidad tóxica, pero mencionó también «las virtudes de la masculinidad, el disfrute específico de leer a autores varones», subraya la ensayista. Hoy Woolf denunciaría también que «ciertos estilos de vida que se hacen pasar en las redes sociales como 'decisiones personales' son en realidad campañas conservadoras» que «borran las líneas entre el relato personal y el discurso publicitario o militante», observa Tenenbaum.
El sello Paidós que Jaime Bernstein y Enrique Butelman inauguraron en 1945 con 'Conflictos del alma infantil' de Jung celebra ochenta años cumpliendo el lema de «buscar grandes ideas allí donde estén» con el I premio Paidós de Ensayo. El jurado formado por Adela Cortina , Gabriel Rolón, Adolfo García Ortega, Gonzalo Celorio y Elisabet Navarro ha otrogado el galardón, dotado con 35.000 euros a 'Un millón de cuartos propios' de Tamara Tenenbaum. Subtitulada «ensayo para un tiempo ajeno», la obra ganadora parte de la traducción que Tenenbaum realizó de 'Un cuarto propio' de Virginia Woolf . «Cuando se convocó el premio no tenía nada, salvo el cuaderno de producción que escribí mientras traducía a Virginia», explica la periodista y filósofa bonaerense. Como apunta uno de los jurados, Gabriel Rolón, Tenenbaum «dialoga constantemente con el texto de Virginia Woolf, no se limita a repetirlo, sino que lo discute y lo cuestiona, lo transforma y lo adapta». La autora, que participa de la perplejidad transicional de su generación –nacida en 1989– resitúa a Virginia –ella la cita con el nombre de pila– en la era de Internet. «La primera vez que leí su libro en la adolescencia me quedé en lo superficial y no me gustó nada. Al volver sobre Virginia en la traducción he descubierto muchas cosas que había pasado desapercibidas». Releer a Virginia Woolf abrió a Tenenbaum un camino inexplorado, una experiencia que juzga «más humilde que el de escribir un libro desde cero, que se apoyara solo en mis ideas y lecturas». La autoridad de la primera persona, la precariedad laboral y la importancia del dinero, la comida, el resentimiento como respuesta política, la nostalgia y la tradición son los pilares de este viaje en el tiempo de la Woolf. La escritora feminista denunció en 'Un cuarto propio' la masculinidad tóxica, pero mencionó también «las virtudes de la masculinidad, el disfrute específico de leer a autores varones», subraya la ensayista. Hoy Woolf denunciaría también que «ciertos estilos de vida que se hacen pasar en las redes sociales como 'decisiones personales' son en realidad campañas conservadoras» que «borran las líneas entre el relato personal y el discurso publicitario o militante», observa Tenenbaum.
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