Mazón, realidad y ensoñación
La semana pasada el Partido Popular recibía con un lago aplauso a Mazón en la convención que celebraba el partido. Debió pensarse el presidente de la Comunidad Valenciana que, con ese reconocimiento de sus compañeros de partido, había cerrado el periodo de críticas y cuestionamientos que le acompañan desde el día de la DANA. Esta semana, sin embargo, volvía a la cruda realidad al ser recibido al grito de dimisión en su visita a la universidad. Es increíble ver la disonancia en la que vive el dirigente Valenciano, aparentemente convencido de que puede remontar su imagen, como si lo acontecido en su gestión sea nada más que un pequeño traspiés o error que puede ser compensado con facilidad, mientras tenga el respaldo de su partido. Si repasamos todo lo acontecido desde la fatídica tarde del 29 de octubre, y todos los actos y declaraciones del señor Mazón, parece más que obvio que su carrera política está más que terminada. Sin duda, lo más grave sucedió aquel día en el que ni él ni su equipo avisaron a tiempo a la ciudadanía de lo que se les venía encima, pero de ese día hasta hoy no hay forma de encontrar un acierto en sus actos y decisiones. No ha sido capaz de trasladar una explicación creíble sobre las horas que debiendo estar al mando del centro de emergencias estaba ilocalizable. Es más, la sucesión de relatos inverosímiles y ausencia de pruebas que los sustenten, sólo han contribuido a dejar un enorme vacío de explicaciones que han sido rellenadas libremente por especulaciones a cuál más vergonzante. Que la retahíla de falsedades y medias verdades haya sido dada por cerrada con la justificación de que no se muestra la factura de su supuesta comida de negocios, porque la pagó el partido y no el gobierno valenciano, es el lazo final para que ni un solo ser humano hoy crea, que esa comida fue la razón de su ausencia. No ha sido capaz de explicar por qué no se mandó la alerta de emergencia a los móviles de la población Valenciana, a pesar de las largas horas que pasó hablando sin explicar nada en las cortes valencianas. No fue capaz de explicar por qué adoptaron la decisión de modificar los topes salariales de los Consejeros del gobierno Valenciano, y ni han intentado explicar por qué, si no era una decesión vergonzosa, ahora han decidido revertirla. No hay quien entienda que al general al que le ha encargado la reconstrucción no haya visitado los municipios afectados, ni se haya reunido con sus alcaldes, ni se sepa en concreto que está haciendo para cumplir con la tarea que le fue encomendada, y que el presidente no tenga nada que decir ante esta inacción. Y podríamos seguir acumulando despropósitos, que a menudo remata con declaraciones que se escudan en mentiras tan burdas como que las ayudas del Estado debían ser devueltas, o que se ha dedicado más presupuesto a Gaza que a Valencia. Con este recorrido de...
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