7 poetas contemporáneos de EE.UU. (III)
Portada: Natalie Diez. Foto de Elisa Díaz Castelo. Este viernes, dentro de la nueva sección No son todos los que están, presentamos la segunda de las cuatro listas de siete poetas contemporáneos de EE.UU. que, a su vez, complementa la publicada hace unas semanas de siete grandes poetas del mismo país. Pasen y lean. Estos... Leer más La entrada 7 poetas contemporáneos de EE.UU. (III) aparece primero en Zenda.
Portada: Natalie Diez. Foto de Elisa Díaz Castelo.
Este viernes, dentro de la nueva sección No son todos los que están, presentamos la segunda de las cuatro listas de siete poetas contemporáneos de EE.UU. que, a su vez, complementa la publicada hace unas semanas de siete grandes poetas del mismo país. Pasen y lean. Estos son los que están esta semana, y los que no, ya llegarán.
***
BILLY COLLINS
William James Collins, conocido artísticamente como Billy Collins es un poeta nacido en Nueva York en 1941. Es uno de los poetas más populares de los Estados Unidos. Muchos lo consideran como el sucesor de Robert Frost en las letras norteamericanas. Suele vender millones de copias de sus libros de poesía. Los recitales que presenta en universidades y bares siempre se encuentran repletos. Entre sus libros de poesía destacan The Trouble with Poetry (2005), Nine Horses (2002), Sailing Alone Around the Room: New and Selected Poems (2001), Picnic, Lightning (1998) o The Art of Drowning (1995). Ha recibido numerosos galardones, así como el reconocimiento de la Fundación Nacional para las Artes y la Fundación Guggenheim. En el 2001 y en el 2003, Billy Collins fue nombrado «Poet Laureate» de los Estados Unidos. El New York Times lo ha descrito como «el poeta más popular de América». Su estilo confesional ha logrado abrirse camino en las listas de los libros más vendidos de su país. Sus poemas se caracterizan por un tono irónico y la inclusión del humor, además de la observación de la vida diaria. Presentamos dos poemas con traducción de Giselle Rodriguez Cid.
Sin tiempo
Con prisa esta mañana
Toqué la bocina mientras
Avanzaba junto al cementerio
Donde están enterrados mis padres
Uno junto al otro
Bajo una delgada losa de granito.
Luego, me paso el día pensando en él
Levantándose y dándome esa mirada
De reproche,
Mientras mi madre, calmada,
Le dice que vuelva a recostarse.
*
Los Muertos
Los muertos siempre nos están mirando, dicen,
Mientras nos ponemos los zapatos o preparamos un sándwich,
Ellos miran hacia abajo a través del fondo de cristal de los botes
Del cielo
Mientras reman lentamente en la eternidad,
Miran nuestras cabezas moviéndose abajo en la tierra,
Y cuando nos acostamos en un campo o en un sillón,
Drogados quizás por el murmullo de un tibio atardecer,
Piensan que los miramos a ellos,
Entonces levantan sus remos y se quedan callados
Esperando, como padres, que cerremos los ojos.
***
NATALIE DIAZ
Natalie Diaz es una poeta y educadora nacida en Needles, California, EE.UU., en 1978. Nació y creció en la comunidad indígena Fort Mojave, a orillas del río Colorado. Está inscrita en la comunidad indígena Gila River. Su primer poemario, When My Brother Was an Aztec, ganó un American Book Award. Ha sido beneficiaria de las becas MacArthur, Lannan Literary y Cultures Foundation Artist. Ganó el premio de poesía Holmes National y tuvo una beca Hodder en la Universidad de Princeton. Es miembro del consejo directivo para los Artistas de los Estados Unidos, donde obtuvo una beca Ford. Diaz es la presidenta Maxine y Jonathan Marshall en la carrera de Poesía Moderna y Contemporánea de la Universidad Estatal de Arizona. En 2021 recibió el Premio Pulitzer de poesía por Poema del amor poscolonial, publicado en español, con traducción de Elisa Díaz Castelo, por Vaso Roto Ediciones.
Diez principales razones por las cuales los indios son buenos en básquetbol
1.
Por la misma razón por la que somos buenos en la cama.
2.
Porque, hace mucho tiempo, el Creador nos dio una opción: pueden escribir como un dios indio o tener un tiro más dulce que una lata de jugo del gobierno —es una o la otra. Todos excepto Sherman Alexie escogieron el tiro de salto.
3.
Sabíamos cómo bloquear tiros, cómo hacerlos bajar por tu garganta, porque cuando dices, Tiren, nosotros escuchamos obús y metralletas Hotchkiss y Springfield Modelo 1873.
4.
Cuando los jugadores indios sudamos, emitimos perfume de tortillas y detergente Pine-Sol que actúa como una poción y desorienta a nuestros oponentes, haciéndolos olvidar sus jugadas.
5.
Desde pequeños sabíamos que no hay diferencia entre la cancha de básquetbol y la iglesia. De verdad, los Nazarenos ofician misa en el gimnasio tribal los domingos por la tarde —el coro da rienda suelta a su interpretación de “In the Sweet By and By” desde la línea de fondo.
6.
Cuando Walt Whitman escribió, El mestizo ajusta sus livianas botas para competir en la carrera, en realidad quiso decir que todos los indios mayores de 40 tienen un par de tenis Air Jordan vintage en sus armarios y todavía creen poseer la magia suficiente para que incluso el más voluminoso cuerpo alimentado con chatarra corra de un lado al otro de la cancha y haga un tiro en bandeja.
7.
A los indios no les da miedo intentar un tiro aéreo en partidos de verdad, aunque ningún indio haya logrado jamás un tiro aéreo, o no un indio de una tribu reconocida federalmente, de cualquier modo. Pero aún así, la desvergüenza con la que intentamos hacer tiros aéreos en calentamientos les mete miedo a nuestros oponentes, y por lo tanto nos da una ventaja mental.
8.
La cancha es el único lugar donde nunca pasaremos hambre —esa red es un vacío que podemos llenar todo el día.
9.
Fingimos que jugamos cada juego para ganar una manta Pendleton, y el JMV, el jugador más valioso, se llevará un cheque del tamaño de Mashantucket Pequot per cápita.
10.
Pero, ya en serio, todos los indios son buenos en el básquetbol porque un balón de básquet nunca es sólo un balón —siempre es una luna llena en esta oscuridad terminal, el único faro trasero del Granada gris de Jimmy Jack Tall Can que cortaba los caminos de tierra en una escapada para comprar alcohol, el corazón del Creador que Coyote robó de la pira funeraria condenándolo a caminar solo a través de todos los atardeceres coralinos. Aquello a lo que le cantamos siempre ha sido una calabaza gorda, el seno izquierdo de una mujer mojave tres cervezas adentro del sábado por la noche. Siempre será una bala resbalosa y brillante que podemos lanzar desde el arco de tres puntas en los cinco segundos que quedan del año 1492, y mientras atraviesa y rompe la red, nuestros enemigos heridos caerán de rodillas con el ligamento cruzado anterior roto.
***
LINH DINH
Linh Dinh es un poeta, escritor de ficción, traductor y fotógrafo vietnamita-estadounidense nacido en Saigón, Vietnam, en 1963. Llegó a los Estados Unidos en 1975, y también ha vivido en Italia e Inglaterra. Es autor de dos colecciones de relatos, Fake House (Seven Stories Press 2000) y Blood and Soap (Seven Stories Press 2004). También ha publicado la novela Love LIke Hate (Seven Stories Press, 2008). Entre sus poemarios figuran All Around What Empties Out (Tinfish 2003), American Tatts (Chax 2005), Borderless Bodies (Factory School 2006), Jam Alerts (Chax 2007) y A Mere Rica (Chax Press, 2017). Un libro de fotos que relata sus viajes por los Estados Unidos fue publicado bajo el título de Postcards from the End of America (Seven Stories Press, 2017). Dinh ha recibido una beca de la Fundación Pew, la beca David T. Wong, una residencia Lannan y el Asian American Literary Award. En nuestro idioma se ha publicado Todo alrededor de lo que se vacía (Mantis, 2012). Presentamos un poema con traducción de Luis Alberto Arellano.
En la plantación de ataúdes
Fuimos alguna vez una raza muy alta, nuestros cuerpos excedían el largo de nuestros ataúdes.
Nos tomaba una eternidad cultivar esos buenos ataúdes. Mucha agua, sol y abono, para que cada uno madurara.
Aun los más pequeños ataúdes tienen compradores. Los ataúdes de formas extrañas también tienen compradores.
En este ataúd caben dos: una pareja casada, preferentemente, uno encima del otro. En este otro caben tres.
Aunque sean muy raros, los ataúdes rosas tienen todavía mucho valor. Los cazadores furtivos los arrancan del sueño en medio de la noche.
***
JORIE GRAHAM
Jorie Graham es una poeta nacida en Nueva York en 1950. Su obra, entre otros muchos reconocimientos, ha recibido el Premio Pulitzer de Poesía en 1996 por su volumen antológico The Dream of Unified Field: Poems, 1974-1994 y el Forward Price por su libro P L A C E, siendo la primera vez que un autor estadounidense es galardonado con este premio británico. Es de los poetas más famosos e importantes de la generación de la postguerra americana. Se crio en Roma, y estudió filosofía en la Sorbona, aunque sería expulsada por participar en protestas estudiantiles. Reemplazó al poeta Seamus Heaney como profesor Boylston en Harvard, convirtiéndose en la primera mujer en ser nombrada para este cargo. Ha publicado libros de poemas como Hybrids of Plants and Ghosts (su ópera prima, 1980), Erosion (1983), The End of Beauty (1987), Region of Unlikeness (1991), Materialism (1990), The Errancy (1997), Swarm (2000), Never (2002), Overlord (2005), Sea Change (2008) o P L A C E (2012). En la actualidad imparte clases de retórica y oratoria en la Universidad de Harvard. En nuestro país se han publicado sus libros de poemas La errancia (DVD Ediciones, 2007) con traducción de Julián Jiménez Hefferman, Rompiente (Bartleby Editores, 2014), con traducción de Rubén Martín y Deprisa (Bartleby Editores, 2020) con traducción de Fast por Rubén Martín y Antonio F. Rodríguez.
Guantánamo
Luna menguante. Se alza ahora. Un crujido, se marcha. Profunda
sobre exhaustos continentes. Me asombro dice mi
plenitud. Nadie nadie dice la habitación en la que
yazgo muy quieta en la
oscuridad observando. Tu corazón dice la luna, se mengua y se alza más. Dónde está. Tu cautela, tus ojos tu dedo índice en
gatillo tu espina dorsal tu raciocinio—preferible
rechazar el contacto, mantener la distancia, que mane de ti la sangre y las estrellas blancas te corroan, y el espino que es tan blanco allí en el prado,
y la arena como sábana por las extensas playas, soldados que se aprestan, la rápida
mirada al cielo cuando las palabras clave, de plegaria, antes
de la captura, son proferidas, escalofrío que no contiene odio pero no es amor, es neutral, sí, exangüe, por ejemplo un brote cerca de donde
una mano descierra un cerrojo de seguridad te llama
a voces, es un ejemplo del nadie-allí, y el sonido del agua se oscurece, y el viento
agita las hierbas, y sin un grito fluye el frío como ojos de un perro
guardián, el guardián que fija su atención en la diferencia—solo la diferencia—y actos
cometiéndose en tu nombre, tus presos que llegan
a tu centro de detención, allí, en tus ojos, la prisión, en la profundidad de tu pupila, el ablandamiento, tú entregando toda tu atención, tus ojos, tu celda, tu cautela, tu control,
después de todo es tuyo, sí, lo que has atrapado, aférralo, aferra
esto, aquí no hay ley, no estás expuesto a enjuiciamiento, mira todo lo que quieras, se retorcerá para ti, ahí, en esta luz que se alza, protegido
de las consecuencias, haciendo de ti un fantasma, sin un grito, sin un grito la
tarde se convierte en noche, las palabras parecían serlo todo y así
el equipo jurídico los declarará exentos, exenciones para el drenaje de los lagos, para el asesinato de los mares, los esclavos en sus
aguas, no son de nuestra especie, exención que se llama
adelante, mezcla la sangre, toma de la carne, haz caja, prende fuego, postula el ecuador, oculta el origen, di que estáis todos perdonados, di que son sólo
técnicas coercitivas de interrogación y contrarresistencia, como en dame tu
nombre, dámelo, te lo arrancaré, te lo re-
clasificaré, te ocultaré de ti, así mismo, solo un rato, no dolerá
mucho, piensa en un jardín, aparta tu mente de las
cosas, piensa mar, viento, trueno, raíz, piensa árbol que te mantendrá
erguido, imagina que te mantiene
erguido, elige ser quien eres, deprisa, elígelo, eso ayudará. La luna es más fría
de lo que piensas. Está llena de nada como
esta nuestra quietud. Intentamos que no se fijen en nosotros. Estamos en la quietud como si fuera una vida otra en que infiltrarse. En nuestra piel
deslumbramos de inexistencia. Es un truco por supuesto pero a veces funciona. Si no lo
hace nos encontrarán, nos harán
gritar y arrastrarnos. Ansiaremos el perdón. No importa para qué, aquí no hay
hechos. Luna, ¿quién escribirá
el último poema? Tu velo echa a volar, su inutilidad hace sentir que aún
hay tiempo, ahora es cosa de dos,
me estás pidiendo que me pierda a mí misma.
En este desbordamiento de mi ojo,
lo hago.
***
TRACY K. SMITH
Tracy K. Smith es una poeta, traductora y profesora en la Universidad de Princeton, nacida en Massachusetts en 1972. Su poesía ha recibido numerosos y prestigiosos galardones, entre los que destaca el Premio Pulitzer de Poesía concedido por Vida en Marte (2012). Es también autora de The Body’s Question (2003), que ganó el premio Cave Canem al mejor primer libro de poesía afroamericano; y Duende (2007), que obtuvo el Premio James Laughlin y el Essense Literary Award. En nuestro país, la editorial Vaso Roto publicó Vida en Marte (2021), con traducción de Luna Miguel, y Atravesar el agua, con traducción de Andrea Cote (2019).
Canción
Pienso en tus manos hace tantos años
Aprendiendo a usar el lápiz, o en apuros
Por abrochar el abrigo. Manos que escondiste en clase,
Uñas que mordiste distraída. La desgarbada autoridad
Con la que fluían por el aire cuando sabían
Que conocías la respuesta. Pienso en ellas abiertas
Por la noche, en los dedos disputando algo
A tu nariz, o sepultados en la cueva de tu oreja.
Todas las cosas que hicieron cautelosa y deliberadamente,
Obedeciendo a los caprichos más necesarios. Sus vergüenzas.
Cómo se equivocaban. Aquello que no olvidarán con el tiempo.
O ahora. Apoyadas sobre el volante, o rozando tus rodillas.
Intento decidir qué sienten cuando se despiertan
Y descubren que mi cuerpo está cerca. Antes de tocar.
Soltando el sustento de nuestro íntimo baile.
*
Nosotros y Cía.
Estamos aquí el equivalente a un rato.
Un día como mucho.
Palpamos para reconocer el terreno,
nuestros propios miembros,
chocan contra una manada de cuerpos,
hasta que uno se convierte en hogar.
Instantes efímeros. La hierba se dobla
pero aprende a levantarse de nuevo.
***
MARGE PIERCY
Marge Piercy es una poeta y narradora nacida en Detroit, Estados Unidos, en 1936. Participó activamente en los movimientos en favor de las mujeres, las minorías y contra la guerra del Vietnam o de Irak. Escritora prolífica, ha publicado más de una docena de novelas. He, She and It (1991), The Longings of Women (1994), City of Darkness, City of Lights (1996). Como poeta es autora de libros coomo My Mother’s Body (1985), Available Light (1988), The Earth Shines Secretly: A Book of Days (1990), Mars and Her Children o What Are Big Girls Made Of? (1997). Presentamos un poema con traducción de Frank Báez.
La muñeca Barbie
Esta niñita nació como de costumbre
y le regalaron muñecas que hacían pipí
y estufas y planchas GE en miniatura
y pintalabios de caramelo de cereza.
En plena pubertad, un compañero le dijo:
tienes la nariz grande y las piernas gordas.
Era sana, probadamente inteligente,
poseía brazos y espalda fuertes,
abundante impulso sexual y destreza manual.
Iba de un lado a otro disculpándose.
Pero solo veían una narizota sobre unas piernotas.
Le aconsejaron que se hiciera la tímida,
la exhortaron a que se animara,
haz ejercicio, dieta, sonríe y seduce.
Su buen carácter se desgastó
como la correa de un ventilador.
Así que se arrancó la nariz y las piernas
como para devolverlas a la fábrica.
En el ataúd, expuesto sobre un velo de satén
yacía con el maquillaje de la funeraria,
la nariz respingona de masilla,
vestida con un camisón rosa y blanco.
Qué bonita se ve, decían todos.
Por fin la consumación.
Un final feliz para cualquier mujer.
***
KAY RYAN
Kay Ryan es una poeta y pedagoda nacida en San José, California, en 1945. Ganadora del Premio Pulitzer 2011 en la categoría de «Poesía» por su antología The Best of It: New and Selected Poems, hasta 2011 había publicado siete libros de poesía. Ryan se convirtió en 2010 en la 16ª Poeta Laureada de los Estados Unidos. En nuestro idioma se han publicado libros como Todos tus caballos (Zindo&Gafuri, 2019) en Argentina. Presentamos dos poemas con traducción de Ezequiel Zaidenwerg.
Aprender
Lo que hay que aprender
siempre está al fondo,
según la ley de los cajones
y lo que justo andaba una buscando.
No queda bien, les digan
lo que les digan a los chicos,
revolver por el suelo
lo que estaba doblado.
*
Telaraña
Desde otros
ángulos las
fibras parecen
frágiles, pero no
desde el punto
de vista de
la araña, siempre
con gruesas sogas
a cuestas, enganchando
cuerdas al
mejor poste
posible. Es
un trabajo pesado
en todas partes
combatir la caída,
apuntalar tensando
lo que cede. No
es nunca delicado
vivir
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