La inteligencia artificial como categoría de consumo
Un informe de Sensor Tower, el State of Mobile Report 2025, cifra en mil cien millones de dólares la facturación a consumidores derivada de apps de inteligencia artificial tales como ChatGPT, Gemini, Doubao, etc., con un fuerte crecimiento de más de un 200%. Ese crecimiento se encuadra en el contexto de una facturación global de …
Un informe de Sensor Tower, el State of Mobile Report 2025, cifra en mil cien millones de dólares la facturación a consumidores derivada de apps de inteligencia artificial tales como ChatGPT, Gemini, Doubao, etc., con un fuerte crecimiento de más de un 200%. Ese crecimiento se encuadra en el contexto de una facturación global de 150 mil millones de dólares en el conjunto de la llamada app economy, que creció alrededor de un 13% de 2023 a 2024.
Si la tasa de crecimiento de las apps de inteligencia artificial se mantiene, estaríamos hablando de que entrasen en el Top 10 de las categorías de apps con más ingresos, entre las que destacan abrumadoramente los juegos, junto con otras como entretenimiento, social, fotografía y vídeo, estilo de vida, libros, música, productividad o educación).
Obviamente, la inteligencia artificial va más allá de las llamadas intrínsecamente «apps de inteligencia artificial», los conocidos chatbots, que hasta el momento han representado su segmento de mayor crecimiento. La llegada de ChatGPT en noviembre de 2021 y el lanzamiento de su modelo freemium en 2022 con un precio de $20 mensuales en el caso del tramo Plus y de $200 mensuales en el tramo Pro, unido al lanzamiento de modelos cada vez más potentes y de su funcionalidad de interacción por voz, han hecho que la compañía haya ido multiplicando sus ingresos de manera sostenida.
Lo que al principio era una curiosidad que la gran mayoría de los usuarios satisfacía con unas cuantas preguntas en el tramo gratuito para «poner a prueba» al recién llegado, se ha ido convirtiendo en una necesidad para cada vez más usuarios que ya no acepta las fuertes limitaciones de uso de ese modelo y que optan por pagar. Muchos de los profesores que comenzamos a pagarlo originalmente como algo personal hemos pasado ya a modelos de uso corporativo a través de nuestras universidades e instituciones, lo que refuerza la regularidad de esos ingresos.
Pero además de los chatbots, que en muchos casos se convierten en un sustitutivo de los tradicionales motores de búsqueda, tenemos una evolución cada vez más marcada hacia los sistemas agénticos, que simplemente penetran cada una de las categorías: resultará progresivamente más habitual encontrarse con que un número creciente de juegos incorporan prestaciones basadas en inteligencia artificial, como lo será en el caso de otras categorías, desde las redes sociales al comercio electrónico o la educación. La revolución de la inteligencia artificial no va a dejar rincón sin explorar, y la categoría «apps de inteligencia artificial», a todos los efectos, va a ir perdiendo su sentido.
En ese sentido, las apps son tan solo un ecosistema que sigue las tendencias de todo lo demás. Quien no vea que la inteligencia artificial va a extenderse a todas las actividades de nuestra vida, estará en la misma situación que aquellos que, a finales de los ’90, creían que internet era una moda que se pasaría y que no les iba a afectar en absoluto. Y con esa incorporación de la inteligencia artificial a todo, veremos muchos, muchos cambios: desde cómo nos informamos o como compramos, a cómo trabajamos o cómo aprendemos. Vayámonos preparando.
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