De los lazos con Orbán al interés en Groenlandia: la postura de Trump respecto a la UE
Las relaciones entre EEUU y la UE con Trump al mando se han erosionado en los últimos años, tanto a nivel político como económico.
El proteccionismo y los aranceles frente al libre mercado. El “América first” frente al globalismo. Las relaciones y alianzas entre Estados Unidos y la Unión Europea bajo la influencia del presidente Donald Trump han sido complicadas desde que este entró en la esfera política pública (2016) hasta la actualidad, tanto en materia económica, como en las relaciones políticas y territoriales.
- El Parlamento Europeo indicaba en un informe su descontento ante la primera llegada de Trump a la Casa Blanca: “Imaginar lo peor es fácil porque nunca en la historia moderna de Estados Unidos ha habido un presidente elegido con menos cualificaciones y experiencia para el cargo, ni con una personalidad tan controvertida”, criticaban.
- Trump, por su parte, ha llegado a decir que la UE es un “enemigo” para su país, mientras que animaba a todos los países europeos a construir fronteras y abandonar la Unión de los 27.
Las relaciones comerciales de EEUU con la UE
Trump se ha referido en diferentes ocasiones a la Unión Europea como un “enemigo” comercial para Estados Unidos:
- En 2018, cuando ya era presidente, Trump dijo en una entrevista: “Creo que la Unión Europea es un enemigo, por lo que nos hace en el comercio […] No significa que sean malos, sino que son competidores”.
- En 2021, volvió a referirse a la UE en el mismo sentido: “Ellos [los europeos] nos joden en el comercio. En muchos sentidos son peores que China”, señaló.
Pol Bargués, investigador sénior del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), explica a Newtral.es que la relación de Trump con la Unión Europea en materia económica se basa en “el proteccionismo”.
- “Trump quiere proteger su industria porque piensa que Europa es un gigante económico al que tiene que hacer frente”, señala Bargués.
- “La UE siempre ha defendido la expansión del libre mercado, mientras que Trump ha optado por los aranceles. Se siente afectado por la globalización, por lo que siempre ha intentado hacerse fuerte por sí solo, sin cooperación”, añade el experto.
Su visión territorial
Donald Trump opinó abiertamente sobre la política territorial de la Unión Europea, incluso antes de entrar en política:
- En 2016, Trump dijo que el éxito del Brexit significaba que “la gente quiere fronteras”: “La gente quiere recuperar su país. Quieren tener independencia, y eso se ve en toda Europa”, señalaba.
- El magnate calificó la decisión británica de “algo genial”, por lo que pronosticó, sin acierto, que otros países pertenecientes a la Unión Europea seguirían sus pasos.
Bargués sostiene que Trump siempre ha pensado que Bruselas se “entromete demasiado en sus asuntos”. Su postura de “Estados Unidos primero” se traduce en una “obsesión por establecer fronteras, tanto para personas como para productos”, argumenta el experto del CIDOB.
- En las políticas territoriales de Trump “se aprecia el valor de la soberanía de Estado”, el “aislacionismo” y el “conservadurismo”, analiza Bargués. “Va en contra de todas las decisiones que se tomen por encima de él –en organismos supranacionales como la UE o la ONU–. No solo no apoya, sino que critica las normas globales”.
Por otra parte, los deseos de expansionismo que Trump ha dejado ver estas últimas semanas llevan en su forma de ver el mundo desde su primer mandato. El interés en la compra de Groenlandia –un territorio de soberanía danesa pese a su autogobierno– ya lo expresó en 2019.
- A pocos días de tomar posesión, Trump dice que “necesita” comprar la isla para los “intereses económicos” de su país, así como el Canal de Panamá o el Golfo de México.
- El experto sostiene que detrás de sus hipotéticas necesidades está el afán de Trump por mostrar “sus aires de poder”: “Sus ideas esperpénticas buscan erosionar el sentido común de la Unión Europea y crear inquietud”, sostiene Bargués.
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Las relaciones políticas con la UE
Los medios estadounidenses especializados en política internacional analizaban en 2019 que Trump tenía “pocos amigos en la escena global”, especialmente en la Unión Europea. Los expertos sostienen que los líderes europeos ven al presidente estadounidense como una persona “odiosa” y un aliado “totalmente desleal”.
Lo cierto es que, a lo largo de estos años, Trump ha mostrado simpatía con un líder europeo: Viktor Orbán, primer ministro de Hungría. Lo ha calificado en varias ocasiones como un político “muy fuerte”.
- Esta muestra de apoyo la hace, según Bargués, porque “prefiere que el mundo lo lideren hombres conservadores y que defiendan soluciones pragmáticas”.
- “Orbán, Milei o Trump tienen en común ese populismo de derechas sin valores: no quieren liderar políticas a nivel internacional ni cooperar con otros modelos supranacionales para ello, solamente replegarse y dejar los problemas mundiales para los demás”, concluye el investigador del CIDOB.
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